En La Habana de hoy, le será difícil encontrar una habitación segura, confortable y limpia para hacer el sexo, si no puede pagar en moneda dura o una tonga de pesos; podría arriesgarse y bajar a los arrecifes, o adentrarse en las oscuridades de algún parque, aunque no se recomienda: deambulan chicos malos… Para seguir leyendo…
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