Todo escritor y artista honesto que vive en la Isla está ante una situación sumamente difícil. Guardar un silencio culpable ante esta última acción represiva compromete la dignidad intelectual del país. Manifestarse abiertamente implica no solo un peligro personal, sino también la posibilidad de ver interrumpida la labor creativa. Queda a cada cual determinar qué es más importante. Para seguir leyendo…
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