La figura de Capablanca va mucho más allá del ajedrez en sí. Su carisma es una combinación de estrella de cine mudo con ritmo caribeño y prometeo capitalista (su extraordinario apellido fue pronto marca de referencia que nombró a una cerveza, a un helado de chocolate y vainilla y, entre otros, a un cóctel de ron con crema batida) 😉 Para seguir leyendo…
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