Jóvenes cubanos conectaron en sigilo miles de computadoras a una red secreta que se extiende por varios kilómetros a lo largo y ancho de La Habana, y ahora pueden chatear con amigos, jugar y descargar películas en una mini réplica del mundo en línea al que la mayoría de los cubanos no puede tener acceso. Para seguir leyendo…
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