Una vez, hace años y en La Habana, tuve oportunidad de asomarme al archivo fílmico del instituto de cine. Guardaban allí imágenes prohibidas o de acceso restringido, pero solo fue asomarme. Una realizadora de documentales me había contratado para que escribiera un guión sobre la ciudad prerrevolucionaria, ella era políticamente confiable y le permitían seleccionar materiales de archivo. Para seguir leyendo…
Responder