El escritor Rolando Sánchez Mejías defendió este miércoles en Barcelona, ciudad en la que reside, que la Revolución cubana no ha existido en el sentido que, según su opinión, la «creación» de Fidel Castro «en realidad no fue una revolución, sino un Estado totalitario». Para seguir leyendo…
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Samuel Salabarria | 12/03/2015 - 11:03:52
Quizás aquellos que sostienen que Cuba, durante más de 55 años no albergó una revolución, es exagerado, pero lo que sí es verdad y en eso tienen toda la razón los que sostienen la tesis, que es en los niveles de displicencia del régimen, de las menos revolucionarias. Al principio todo era revolucionario, los hombres de verde olivo, las barbas guerrilleras, los deseos de cambio, las grandes incógnitas, la toma de posiciones de todos los sectores pre, y contra la llamada revolución popular.
Luego se despejaron las incógnitas, y comenzó la llamada revolución de Fidel. Comenzó el yo mando, ¿Por qué? Porque mi derecho está en haber luchado en Sierra Maestra y conformar el tipo de régimen que me guste a mí. ¿La revolución no era del pueblo, por el pueblo y para el pueblo? Resulta que si: Por el pueblo y para el pueblo sí, con el pueblo es más dudoso.
No hubo preguntas, no hubo consulta, no hubo nada que se le pareciese hasta tenerlo todo controlado. Hasta el 30 de julio del año 1974 no se consultó al pueblo para saber, sondear, preguntar, si aquello que estaba sucediendo le parecía bien. Solo se aprobaba en condiciones gestuales. Todo comenzó el 1º de enero de 1970 El Primer Ministro del Gobierno Revolucionario de Cuba, Comandante Fidel Castro, dijo esa noche que se puede asegurar que el país dispone de la caña necesaria para producir los diez millones de toneladas de azúcar, al pronunciar un discurso con el que se daba inicio a la zafra azucarera mayor en la historia de la nación. La movilización fue total, y el resultado un fracaso también total. Como corrección solo dijo en un discurso elocuente y vivaz “Esto que traigo aquí no es un discurso,… no lo es, esto es un informe altamente secreto de la economía, de esas cosas que se escriben y se dicen en secreto para que el enemigo no lo sepa. Aquí las tenemos, no lo decimos para que el enemigo lo sepa, el enemigo realmente nos importa un bledo (aplausos) y si alguna de las cosas que decimos las explota el enemigo, y nos produce profunda vergüenza… ! Bienvenida sea la vergüenza¡, ¡Bienvenida sea la pena¡ si sabemos convertir la vergüenza en marcha, si sabemos convertir la pena en espíritu de trabajo. Si sabemos convertir la vergüenza en dignidad, si sabemos convertir la vergüenza en moral. (Fidel Castros Ruz) Fracaso de la Zafra de los diez millones, pero descubrimiento de su talento para la movilización, haciendo una cortina de humo por un secuestro de pescadores en altamar. Dándole más relevancia al segundo asunto que al primero.
El maniqueísmo, la metamorfosis, el destino secular del régimen, quizá fuera revolucionario, pero la descomposición del status quo de la sociedad cubana, y sus aspiraciones según el planteamiento de cambio, solo ha sido de una dictadura de corte personalista, disfrazada de proletaria, soportada por el clientelismo.
Quizás aquellos que sostienen que Cuba, durante más de 55 años no albergó una revolución, es exagerado, pero lo que sí es verdad y en eso tienen toda la razón los que sostienen la tesis, que es en los niveles de displicencia del régimen, de las menos revolucionarias. Al principio todo era revolucionario, los hombres de verde olivo, las barbas guerrilleras, los deseos de cambio, las grandes incógnitas, la toma de posiciones de todos los sectores pre, y contra la llamada revolución popular.
Luego se despejaron las incógnitas, y comenzó la llamada revolución de Fidel. Comenzó el yo mando, ¿Por qué? Porque mi derecho está en haber luchado en Sierra Maestra y conformar el tipo de régimen que me guste a mí. ¿La revolución no era del pueblo, por el pueblo y para el pueblo? Resulta que si: Por el pueblo y para el pueblo sí, con el pueblo es más dudoso.
No hubo preguntas, no hubo consulta, no hubo nada que se le pareciese hasta tenerlo todo controlado. Hasta el 30 de julio del año 1974 no se consultó al pueblo para saber, sondear, preguntar, si aquello que estaba sucediendo le parecía bien. Solo se aprobaba en condiciones gestuales. Todo comenzó el 1º de enero de 1970 El Primer Ministro del Gobierno Revolucionario de Cuba, Comandante Fidel Castro, dijo esa noche que se puede asegurar que el país dispone de la caña necesaria para producir los diez millones de toneladas de azúcar, al pronunciar un discurso con el que se daba inicio a la zafra azucarera mayor en la historia de la nación. La movilización fue total, y el resultado un fracaso también total. Como corrección solo dijo en un discurso elocuente y vivaz “Esto que traigo aquí no es un discurso,… no lo es, esto es un informe altamente secreto de la economía, de esas cosas que se escriben y se dicen en secreto para que el enemigo no lo sepa. Aquí las tenemos, no lo decimos para que el enemigo lo sepa, el enemigo realmente nos importa un bledo (aplausos) y si alguna de las cosas que decimos las explota el enemigo, y nos produce profunda vergüenza… ! Bienvenida sea la vergüenza¡, ¡Bienvenida sea la pena¡ si sabemos convertir la vergüenza en marcha, si sabemos convertir la pena en espíritu de trabajo. Si sabemos convertir la vergüenza en dignidad, si sabemos convertir la vergüenza en moral. (Fidel Castros Ruz) Fracaso de la Zafra de los diez millones, pero descubrimiento de su talento para la movilización, haciendo una cortina de humo por un secuestro de pescadores en altamar. Dándole más relevancia al segundo asunto que al primero.
El maniqueísmo, la metamorfosis, el destino secular del régimen, quizá fuera revolucionario, pero la descomposición del status quo de la sociedad cubana, y sus aspiraciones según el planteamiento de cambio, solo ha sido de una dictadura de corte personalista, disfrazada de proletaria, soportada por el clientelismo.