Por primera vez, en semi-cien años de socialismo a la caribeña, un autor dentro de Cuba nos adentra, con sorna pop pero con solemne seriedad de significados, en el mundo de los misterios del Ministerio del Interior, por esos pasillos y personajes del color del silencio, desmontando así los procedimientos ficticios y funerarios de un aparato tan represivo como retórico, una máquina mortal de crear escenarios conspirativos, un complot de Castros adentro y a la vez cerrado a cal y Castro. Para seguir leyendo…
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