Uno de los datos que pude averiguar preguntándole a la persona encargada de registrar los entierros es que si en 1990 el promedio de entierros rondaba entre los cuarenta a cincuenta diarios hacia 1993-1994 –en el momento más duro del llamado “Período Especial”- se elevaron a unos 80 a 100 diarios. O sea, se estaban produciendo el doble de las muertes que ocurrían en tiempos «normales». Para seguir leyendo…
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