Al revisar la colección de la revista, Nancy Alonso comprobó que desde los primeros números, las mujeres tuvieron una descollante participación. Asimismo a partir de 1919 empezó a aparecer la sección fija Poetisas cubanas, cuyo propósito era resaltar la labor literaria de las escritoras. Eso en buena medida se debió a Roig de Leuchsenring y a su empeño por divulgar el quehacer intelectual de sus compatriotas femeninas. Todo ello, apunta Alonso, le hizo sentir “la ausencia de un libro que rindiera tributo a aquellas mujeres, las Damas de Social, como las empecé a llamar —unas poco conocidas, algunas olvidadas, otras desconocidas para la mayoría—, que tanto contribuyeron con nuestra cultura y a hacer de Social una de las publicaciones más importantes de la época en Latinoamérica”. Para seguir leyendo…
Responder