Según los científicos, que recomendaban extender la investigación a otros territorios de la capital, el grupo de los afectados presentaba “habilidades lectoras descendidas, vocabulario más limitado, razonamiento pobre, reacciones muy lentas y una deficiente coordinación psicomotora”. Además, se planteaba la preocupación por las consecuencias a largo plazo, debido a que la exposición al plomo se asocia no solo con la disminución del rendimiento escolar sino con alteraciones en la audición, el comportamiento, la baja autoestima, intentos suicidas, síndromes depresivos, agresiones, pudiendo llegar al retraso mental o la muerte. Para seguir leyendo…
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