“Yo cobro un dólar por cada usuario que ayudo a conectar de forma rápida. No es un gran negocio, aunque en ocasiones he instalado a más de 10 usuarios en una tarde”, refiere un joven informático que ofrece este servicio de manera clandestina en el área de la Rampa, Vedado. Un “colega” suyo revende tarjetas para wi-fi a tres CUC para sacar alguna ganancia también de las que el Estado ofrece a dos CUC. Para seguir leyendo…
Responder