Salida de la mítica generación de los 1980, la artista Consuelo Castañeda ha devenido en una de las “hacedoras” más camaleónicas y hábiles de aquella hornada. Su versatilidad y su control absoluto sobre los medios y las estructuras del lenguaje, la convierten en una auténtica bestia de la articulación objetual y espacial. Si un rasgo distingue su hacer es, posiblemente, la creación de ficciones, de espejismos, de realidades ilusorias que interrogan ese otro mundo que entendemos como el escenario de lo real. Y, sobre todo, su indiscutible destreza para alternar entre el arte y el diseño. Para seguir leyendo…
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