Las cinco pantallas de que consta Cada Respiro recogen imágenes de cosas tan distintas o monumentales como la tierra, el cielo, el fuego y el mar que se mueven con el ritmo de una respiración, ese acto que se repite una y otra vez, señal de vida junto con los latidos del corazón, y que es el puente entre el mundo y el cuerpo, pues cada vez que se inhala se toma algo del mundo y en cada exhalación se devuelve algo. En este movimiento, la artista busca no solo dar la idea de la conexión entre las personas y el mundo en el que viven, sino también el potencial que los seres humanos llevan dentro de transformar el mundo, que no está tan lejano como a veces se presenta y así propiciar una dosis de optimismo. Para acceder al vídeo…
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