Consciente del carácter testimonial de esos primeros textos, Miriam Gómez, viuda del escritor, explica que nunca dudó en rescatarlos. “Lo escrito, escrito está. Su lugar son precisamente unas obras completas”, dice por teléfono desde su casa de Londres. “Guillermo estaba entusiasmado con la revolución. Si se metió luego en tantos líos por ser crítico, si soportó insultos y escupitajos es porque se sentía culpable, porque creyó y se sintió engañado. Cuando fue a Playa Girón y vio que mandaban los rusos se espantó. Volvió a casa y se echó a llorar”. Respecto al tomo recién publicado añade: “Es la vida de Guillermo pero también la historia de Cuba. Yo creo que hoy es más importante para Cuba que para Guillermo”. Para seguir leyendo…
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