Quienes no disponen de la suma obligatoria para permanecer en el lugar, equivalente a un cuarto del salario mensual promedio, optan por sentarse en escaleras, portales o aceras vecinas. “Es incómodo y molesto intentar escribir un mensaje o hacer una videoconferencia con el ruido de los carros y la gente pasando”, comenta Gustavo, un ingeniero de 33 años que utiliza con frecuencia los servicios de la zona wifi… Para seguir leyendo…
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