El Che en Lezama representa, más que una figura aislada de la historia de Cuba, un símbolo central del vacío creado entre poética de la Historia e Imagen, resurrección y rastros de la violencia divina. Sometido a los poderes de la mirada, y las concatenaciones del ícono, diríamos siguiendo a Aby Warburg, que el Che de Lezama es la eternidad multiplicada en la memoria. Para seguir leyendo…
Responder