Cuando el general Raúl Castro pide que se respete la soberanía nacional para avanzar en sus relaciones con el Gobierno de EEUU, utiliza la vieja fórmula de la “autodeterminación de los pueblos” en las condiciones de un sistema como el cubano, que mantiene a sus ciudadanos como súbditos económicos y políticos. La dependencia y control estatal y partidario que se ejerce sobre las personas son formas de sujeción propia de las monarquías feudales pero no de las sociedades modernas. Y ese es el núcleo central del problema de la pobreza nacional. Para seguir leyendo…
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