El arco iris en Cuba es símbolo de la subversión. Y esto tiene mucha lógica. Porque, en un país monopolizado por el Partido Comunista —el único legal desde hace más de medio siglo—, el arco iris también tiene que tener un solo color: rojo. Y, en los casos de mayor tolerancia, debe tener entonces siete veces el mismo color: rojo, rojo, rojo, rojo, rojo, rojo, rojo. Para seguir leyendo…
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