Interesante. En un país donde casi no hay comida, ni ropa, ni libertades civiles y privadas, y donde la información (el acceso a ella) es una utopía (o un contrabando), hay Otakus, esa «subcultura» nacida en Japón, cultivadora del Manga y el Anime, y -hasta ahora- había sido fenómeno exclusivo de las sociedades post y techno. En fin, vivan los Otakus. Ojalá se mezclen con la santería cubana y desarrollen la sub-subcultura Otaku-obbatalá, ¡para que los japoneses aprendan! 😉
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