La decepción que debió sentir el ya fallecido líder guerrillero marxista, que se tradujo en aquel momento en una sonrisita de desconcierto, sería insignificante, una nadería, en comparación con la que debe sentir hoy la izquierda latinoamericana, radicalmente anticapitalista y antiburguesa, la de los gobiernos del socialismo del siglo XXI, el Foro de Sao Paulo, los exguerrilleros, los Colectivos Bolivarianos, los movimientos sociales, los Sin Tierra y demás piqueteros, ante las veleidades aristocratizantes de la dirigencia castrista por los trapos y el oropel de Chanel. Para seguir leyendo…
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