Rafael Cruz Ramos ejemplifica el estilo y el lenguaje belicoso del debate que impone por la fuerza el PCC cubano. Plañidero, excluyente, intolerante, que no puede definir el “capitalismo” salvo por sus defectos y el “socialismo” salvo por sus eufemismos, tampoco “el socialismo cubano” estalinista, sino que mantiene su sinuosidad e indeterminación para amordazar a los interlocutores e impedir la discusión pública. La agenda ya está definida: qué se discute y qué no se discute, y el que define la agenda del debate es el que tiene el poder, según el marxista inglés Tom Bottomore. El PCC no quiere discusión alguna, quiere súbditos que aplaudan las erráticas políticas públicas pasadas, presentes y futuras. ¿Y..?, ¿eso es el Socialismo? El último por favor, que apague el faro del Morro. Para seguir leyendo…
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