Hoy por hoy, si alguien quiere atisbar una idea aproximada de por dónde va la literatura cubana, en la isla o en la diáspora, tendrá que hacerse de buena parte de estos libros, física o electrónicamente. Con lo cual, no sólo el presagio del crepúsculo de los libros sino el del ocaso de la nación y sus exilios, quedan en entredicho. Para seguir leyendo…
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