Más allá de exponer las batallas sociales, las guerras de género, las injusticias varias de este mundo. Ahora, además, hemos avanzado hacia la exposición de las personas. En esa cuerda, un museo de Malmö ha tenido a bien exhibir dos mendigos rumanos. En Londres, el dramaturgo Brett Bailey se inspiró en los zoológicos humanos de la época colonial para mostrar a personas de raza negra en situaciones de sumisión o dominación. Un poco más allá, en Berlín, el Museo Judío nos deleitó con otra obra “humana”: Judíos en la vitrina. (…) Tal vez estemos asistiendo al último ramalazo de una estética, el declive final en el trayecto de una parábola. Para seguir leyendo…
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