Donde estos viejos dinosaurios (es curioso que ninguno de los que publicaron sus objeciones tiene menos de 59 años), ven sombras de 1971 y del “quinquenio gris”, yo veo la anunciación de un cambio de guardia (no necesariamente para bien). En su lamento bolchevique no se dan cuenta de lo que de verdad se les viene encima, o quizás ya no tienen alternativa. En Cuba, la cultura es uno de los últimos espacios que el gobierno está dispuesto a ceder. La cultura se sigue entendiendo como arma de combate. Preparan un nuevo tipo de batalla cultural para nuestros tiempos. Bienvenidos al totalitarismo con rostro humano. Para seguir leyendo…
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