Rolando Sánchez Mejías: ·Deudas con la realidad·

Autores | Cine | Memoria | 8 de diciembre de 2016

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El mejor cine cubano se hizo en la década de 1960, década no tan triste como las siguientes para al arte cubano. Las películas de Tomás Gutiérrez Alea Muerte de un burócrata (1966) y Memorias del subdesarrollo (1968) se realizaron bajo cierto clima de euforia intelectual y revolucionaria. Es curioso cómo los posteriores filmes de Alea se fueron desgajando de la «problematización histórica del presente» hasta convertirse en comedias más o menos simpáticas que intentaban esquivar la censura, haciendo guiños cómplices al espectador, al turista, al extranjero, como Fresa y chocolate y Guantanamera. Para seguir leyendo…