De alguna manera, Clandestinos y Hello Hemingway, siendo películas narrativamente clásicas, dramatúrgicamente armadas desde un punto de vista convencional, fueron películas contracorriente. ¿Por qué? Porque ya a finales de los 80 e inicios de los 90, aquí empezaba a surgir una generación joven muy inquieta, que empezó a tratar temáticas contemporáneas. De hecho, algunos de mis colegas también lo estaban haciendo. En esos años fue cuando se hicieron Papeles secundarios, Se permuta, Plaff. La mayoría de mis colegas pasaron a realizar filmes ubicados en el presente, mientras yo estaba anclado en los años 50. Mis películas no estaban dentro del espíritu de la época. Pero ambas fueron una deuda que tenía conmigo mismo. Para leer la interviú uno y dos. 😉
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