Cuando año tras año los periodistas cubanos se dan el permiso de soñar por un ratico, en sus congresos oficiales, con la idea de una mejor prensa bajo el modelo vigente, la criatura nace enferma. Porque no es posible, más allá de mejoras estéticas y formales, conseguir inmediatez, veracidad y diversidad de voces y contenidos en un sistema de medios sometido al control directo e indirecto del funcionario gubernamental, policial y partidista. Para seguir leyendo…
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