La apropiación de los términos “totalitario” y “orwelliano” por los comentaristas liberales es un fenómeno digno de atención. El Partido Demócrata, que espió a sus oponentes desde las oficinas del Internal Revenue Service y obstaculizó el registro de licencias a organizaciones conservadoras sin fines de lucro, mira la viga del ojo ajeno –por un hueco. Para seguir leyendo…
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