Uno de los objetivos de los servicios especiales en Cuba es ‘cortocircuitar’ los vínculos que tanto opositores como periodistas sin mordaza puedan tener con fuentes oficiales. “Le tienen pánico a que la disidencia o el periodismo independiente tienda puentes y establezca una red de confianza con empleados o funcionarios de instituciones importantes del Estado. Y por eso intentan envenenar las relaciones de disidentes y periodistas con parientes, amigos y vecinos del barrio», afirma un académico que ha recibido advertencias del DSE. Para seguir leyendo…
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