Píter Ortega Núñez es un curador histriónico con un talento innegable para la alucinación. Aunque quizás su único acierto curatorial se expresa en Bla, bla, bla (2009), exposición que, desde su reducida y meticulosa visión, apuntaba a un síntoma y prometía el advenimiento de una renovación pictórica en la isla. Después de esto, a mi juicio, ya no ha vuelto a encontrar la diana. Para seguir leyendo…
1 comentario
Joe | 07/05/2017 - 02:05:10
Otro que quiere conseguir fama parasitando a otros. Ese también ha sido un deporte nacional
Otro que quiere conseguir fama parasitando a otros. Ese también ha sido un deporte nacional