La carne de res, desaparecida de nuestros deprimidos circuitos comerciales debido al control por parte del gobierno y destinada al consumo en los sectores más exclusivos de la sociedad cubana, es traficada en el mercado negro de la isla desde hace más medio siglo y, en consecuencia, sus habilidosos mercaderes, han desarrollado múltiples estrategias para sortear los obstáculos que le impiden llegar a la mesa de la familia cubana. Para seguir leyendo…
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