La mujer asesinada no es simplemente un tema en la obra de Gerardo Montiel. En la serie Cicuta él trabaja con la meticulosidad fetichista de un asesino en serie. Más que de un estilo debería hablarse de un modus operandi. Todas las mujeres han sido envenenadas. Todos los nombres comienzan con la sílaba “Mar”. En todos los casos aparece una nota escrita. Cada fotografía tiene que ser descifrada con un procedimiento detectivesco, hasta encontrar las claves de toda la serie. Para seguir leyendo…
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