Tras casi un año de gestiones en Cuba, logré sacar la tela de la isla por correo ordinario. Tres meses después llegó a Madrid, pero las autoridades españolas me exigen, para entregármela, una serie de documentos absurdos; como certificado de estudios, contrato de trabajo, recibos que demuestren que el contenido del paquete es mío, billetes de avión a Cuba de hace más de 6 meses y baja consular. Para seguir leyendo…
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