Informe contra mí mismo tuvo su proceso y, si la memoria no me falla, llegó a tener ese nombre definitivo cuando él introduce ese relato tremendo de cuando la Seguridad del Estado cubana le pide espiar a su padre. Una proposición estalinista horrenda, sucia e inaceptable que había que revelar. Para ese entonces él vivía en el Desierto de los Leones, en la Ciudad de México, con Paty Lara una mujer maravillosa que lo amó mucho. Él convocó a un grupo de amigos, recuerdo esa vez que estaba su hija, sus hermanos Fefé y Rapi, Paty Lara, Susy Caula y yo: fue cuando nos reveló ese pasaje que hasta ese momento no estaba en el libro. Fue algo demoledor y nos echamos a llorar, nos dio miedo a todos. Poco tiempo después el libro salió publicado. Para seguir leyendo…
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