El arte es puramente elitista, y no me refiero a una élite burguesa, económica o puramente cognoscitiva, sino a una élite sensible; puede llegar a todos, sin importar su capacidad económica o social, más bien solo su abertura sensitiva. Por tanto, no podemos caer en la banalización cultural que obviamente se visualiza hoy día, a nivel internacional, y donde la “democratización”, la promoción y el mercado, de manera masiva y aleatoria, predominan… Para seguir leyendo…
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