En cuanto a mi trabajo, las reacciones de mis colegas y alumnos han sido de solidaridad y respeto. Sin embargo, me llegó la información de que ya la dirección de la Universidad de La Habana, en la figura de Cobreiro, responsable de la expulsión de mi hermano, y otros docentes, está articulando una estrategia de acoso hacia mi persona. No ha encontrado sustrato propicio por mi archiconocida adicción al trabajo y la reticencia hasta el momento, de mis colegas por asumir tan infame responsabilidad. Para seguir leyendo…
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