Sobre la acusación vertida por el comisario en torno a que la oposición al 349 forma parte de «una escaramuza de guerra cultural», Ceballos le recuerda que buena parte de los espacios artísticos independientes «no son comerciales y trabajan -sin imponer ningún tipo de sistema ni ideología política, ni presiones moralistas ni lucrativas- con artistas que viven en condiciones precarias, artistas que han sido apartados, censurados u olvidados por el sistema promocional cultural cubano, artistas autodidactas, estudiantes, personas con disfunciones mentales, autistas y adictos enfermos; éstos fabrican sus obras y experimentan una enorme satisfacción que los llena de ilusiones y fuerza para seguir viviendo con sus problemas.» Para seguir leyendo…
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