Ricardo A. Pérez: El vacilón de ser piñeriano

Autores | Diáspora(s) | Memoria | 16 de octubre de 2018

Piñera es el gran deconstructor del hechizo dentro de la mentalidad literaria cubana del siglo XX. Hay que volver a mencionar su capacidad para producir ambientes empobrecidos y decadentes, su vocación para raspar las vísceras. En nuestra tradición, funcionó como el antídoto perfecto contra la falsa idea de la excelencia poética y contra lo que es más grave aún: la peligrosa idea de la teologización de la poesía. Piñera sobresale en su peculiar representación de lo onírico; una espléndida indefinición del relato que se suele arrastrar como un bulto, a través de la tensión y la gravedad que van provocando las cosas al ir entrando en el sueño. Para seguir leyendo…