Dos así llamadas “prisioneras políticas”, reclusas en la prisión de Manto Negro, en el pintoresco municipio habanero de Bauta, lograron burlar la guardia del penitenciario, saltar las tapias y escapar hacia las espesuras de la Sierra del Rosario, vía Caimito, Guanajay y ZED Mariel. Posteriormente, un bote de traficantes humanos coleccionaba a las dos fugitivas. La descripción de retratos hablados que las agencias de noticias han podido obtener de boca de los campesinos residentes de esta atrasada zona agropecuaria, detallan a dos mujeres “pasaditas de libras en trajes mezclilla, muy atrincados, una teñida de rubio, la otra trigueñita, mantecosita pero bastante buena”. Para seguir leyendo…
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