El analfabetismo de la gestión pública eficiente domina la opinión pública nacional, a los ministros, a los parlamentarios y al presiente del país. También la censura y la mordaza a las ciencias sociales en Cuba durante los últimos 60 años, impiden análisis críticos de las políticas públicas y aquellos que se producen, muy atenuados, no son socializados sino sólo leídos por “expertos”. Para eso el régimen tiene a sus cancerberos ideológicos como Iroel Sánchez y Miguel Henríquez Lagarde, para producir los asesinatos de reputación de todos los intelectuales y estudiantes discrepantes en estrecha colaboración con la policía política del país. Ambos han sido felicitados de manera pública por el presidente Díaz-Canel. Para seguir leyendo…
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