Algunos afirman que la oscuridad del Decenio Gris y los intentos por imponer el realismo socialista empezaron a atenuarse en la segunda mitad de la década del 70, con la creación del Ministerio de Cultura, presidido por Armando Hart. Pero resulta muy significativo que, en dicho ministerio, Cofiño ocupase el cargo de asesor de la Dirección Nacional de Literatura. Manuel Cofiño moriría infartado, en 1987 a los 51 años, como consecuencia de los disgustos con los escritores díscolos y los comisarios de la UNEAC, que no dejaron de regañarlo y exigirle, a pesar de su disciplinada dedicación al realismo socialista. Escritores como él son echados de menos por los comisarios que hoy buscan el modo de dominar definitivamente la cultura cubana con el decreto 349. Para seguir leyendo…
Responder