El carácter transgresivo de Cobra puede notarse en el desperdicio del lenguaje y con el que yo busco demostrar que tal exceso encuentra su plenitud en el derramamiento de los fluidos corporales. Los personajes de la novela experimentan la higrofilia: gozan en la emanación de la sangre, el orín, el semen, el sudor, las heces, etc., a la vez que se reduplican, estiran los significados de las cosas con un manejo estético. ¿No es Cobra, entonces, una fiel expresión del neobarroco que termina por fragmentar sus contornos y proponer una distinta representación del arte? Para seguir leyendo…
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