Quizás el futuro de nuestro cine esté en el esfuerzo casero, en el home-made… Esa artesanía privada, paciente y minuciosa como puerta a la independencia y camino a la experimentación. Pienso en Corazón Azul, de Miguel Coyula, otra película mutante sobre el hombre nuevo, que cuenta ya cinco años de realización. Filmes armados sobre la marcha, nutridos por circunstancias y vicisitudes, cuyo guion es letra viva, letra atenta. Pienso en las historias filmadas por la industria (Nido de mantis, Club de Jazz), guiones letra-en-piedra/letra-muerta, envejecidos durante décadas en las gavetas de algún decisor. Para seguir leyendo…
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