Envenenado por el insomnio, por la falta de descanso y quietud, la revancha opera contra el sosiego de quienes, por naturaleza, tienen la posibilidad de descansar y dormir y en la mañana siguiente pensar la realidad circundante. La epojé de Rosales se en cierra en un circulo en sí mismo y todo lo que ve y experimenta dentro del boarding lo describe sin piedad. Desde el momento en que el totalitarismo castrista le negó dormir, Rosales fue un escritor hiperrealista, por encima de la realidad del socialismo real. Para seguir leyendo…
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