Lo que Norge, Silvio y Feliú escamotean es, presisamente, “la causa”, el problema de problemas. Cantinflean, se van por la tangente, y ese jueguito sucio es lo único que los distingue hoy de la tan vilipendiada oposición. Dan palos en la oscuridad, salen a cazar fantasmas y aguzan los ojos, solo para reencontrarse con el viejo unicornio lleno de mataduras: porquetoda conciencia falsa conduce siempre de vuelta al castrismo. Para seguir leyendo…
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