Por el valor de su obra, por su complejidad y por sus muchos años de vida, para un proceso y método de salvaguarda de esta índole, cobra especial relevancia, y también urgencia, la documentación de una artista como Zilia Sánchez. Presentaré aquí los primeros resultados de una serie de conversaciones que, con el ánimo de dar correcta continuidad a su legado, sostuve con ella y con Raúl Javier Estrada, quien desde la década de los 90 ha sido consistentemente su asistente. Nuestro diálogo se concentró muy especialmente en sus singulares esculto-pinturas y así en aquello que, no obstante, de manera generalizada constituye el monto de su longeva producción. Para seguir leyendo…
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