Tras la caída del muro, mientras Fernández Retamar se aferraba a la preservación del mismo régimen del socialismo real en Cuba, Ágnes Heller y su esposo Ferenc Fehér defendieron críticamente las transiciones democráticas en Europa del Este. No sólo eso, en El péndulo de la modernidad, a cuatro manos, demandaron responsabilidad intelectual ante violaciones a derechos humanos en esos países. Retamar murió en La Habana leal a Fidel, Raúl y el Partido Comunista; Heller en Balatonalmádi, en pie de lucha, a sus 90 años, contra el autoritarismo xenófobo y racista de Viktor Orbán. Para seguir leyendo…
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