Este largo travelling, construido con varias piezas, se sostiene visualmente en las ruinas que han quedado, que pasan ante la vista como en aquella escena de Stalker en que los tres personajes van en busca de La Zona. Como allí, lo olvidado es un campo donde la hierba lo ha ocupado todo sin detenerse, sin piedad, penetrando y borrando el paisaje para sólo dejar su verdor. En este travelling de un stalker que viaja a su pasado (Reina María Rodríguez) quedan restos de palabras que se han desperdigado por los huecos de la memoria, donde sólo queda el silencio de alguna vez haberlas dicho. Para seguir leyendo…
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