Ramón Fernández Larrea: ·Radiografía de un chivato·

DD.HH. | 31 de agosto de 2019

Con la entrada de Fidel Castro a La Habana la chivatería se hizo oficial. Se agradecía porque hicieron creer que era una forma de justicia para terminar con todo lo malo del régimen anterior. Y entonces llegó un tiempo de gloria para todos los chivatos cuando se fundaron los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), que los organizó y les dio vía libre para ser felices vigilando a los vecinos, metiéndose en sus vidas, comprobando sus horarios, sus hábitos. Y el de enfrente sabía qué comía el de al lado y el de la esquina, dónde trabaja, o si no lo hacía; qué comía esa familia, quién recibía cartas de quiénes y desde dónde. Y todo el mundo comenzó a vigilar a todo el mundo, que es la esencia de cualquier estado policial que se respete. Para seguir leyendo…