Sandra Ramos es un ejemplo paradigmático de la flexibilidad en el uso de materiales, lenguajes, soportes, etc., que es característico de su generación. Le da al grabado una dimensión conceptual que demuestra que la capacidad cognoscitiva del arte no es exclusiva, ni se supedita a ningún medio de expresión; interviene el espacio galerístico, creando sugestivos environment; mezcla en estructuras instalativas lo objetual, lo textual y lo pictórico, hasta llegar a incorporar la fotografía, el video y otros recursos tecnológicos. Durante las últimas dos décadas, Sandra ha sido capaz de aprehender la complejidad del presente insular con sagacidad metafórica, densidad conceptual, elocuencia imaginativa, y desde la ejecutoria de una artista de oficio académico, pero sin renunciar a la experimentación con nuevas posibilidades tecnológicas adaptables a la comunicación artística. Para seguir leyendo…
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